El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) confirmó este martes lo que era una sospecha generalizada: que la inflación de junio, que se disparó a 3,7%, fue la más alta de los últimos dos años.

En efecto, se trata de la peor medición desde mayo de 2016, cuando el índice oficial (aún no nacional) varió un 4,2% en medio de un reajuste de las tarifas de los servicios públicos y cinco meses después de la salida del cepo cambiario.

Los primeros seis meses del año cerraron con una inflación acumulada del 16%, una cifra que en un semestre supera a la meta que se había fijado el gobierno en diciembre pasado para todo 2018. Ahora, la proyección de los especialistas para el año ronda el 30%.

Durante junio la variación del IPCBA respondió principalmente a las subas en las divisiones: alimentos y bebidas no alcohólicas, transporte, salud, vivienda, agua, electricidad y otros combustibles y Recreación y cultura, que en conjunto explicaron el 70,5% del alza del Nivel General.

El rubro alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó 4,5%, aportando 0,71 puntos porcentuales a la evolución mensual de los precios al consumidor. Aquí, los principales impulsos provinieron de Pan y cereales (6,8%), Carnes y derivados (4,9%), Leche, productos lácteos y huevos (4,2%) y Verduras, tubérculos y Legumbres (6,2%).

En tanto, transporte promedió un alza de 6%, con una incidencia de 0,71 puntos, debido principalmente a la entrada en vigencia de las nuevas tarifas de transporte público de pasajeros (colectivo y tren).

Le siguieron en importancia los incrementos en los precios de los automóviles y de los combustibles y lubricantes para vehículos de uso del hogar. Y la salud aumentó 5,5%, aportando 0,45 puntos al índice de precios porteño.

El resultado de junio es el más alto en dos años, considerando que en mayo de 2016 se había ubicado en el 4,2%. Por su parte, la inflación núcleo se ubicó en el 4,1%.