La meta de inflación que se fijó el Gobierno para 2017 quedará entre 7 y 8 puntos por debajo, como consecuencia de las subas en las tarifas de gas, luz, prepagas y nafta. Tanto las proyecciones oficiales como privadas estiman que la inflación de diciembre rondaría entre el 2,5 y 3%, y la suba final de 2017 se ubicaría entre el 24 y 25% por encima del 17% proyectado.

Cuando aún resta difundir los datos de noviembre, que arrojaría una inflación de 1,5%, ya vaticinan que el costo de vida de diciembre cerraría entre el 2,5 y 3%, por la incidencia de la suba de gas y luz, con un aumento entre este mes y febrero próximo, del 57 por ciento y del 41 por ciento, respectivamente, y un incremento de 6% en los combustibles y otro 6% en las prepagas.

“Esos rubros impactan entre 1,5 y 1,7 puntos en el IPC de diciembre. El resto de los aumentos se explican por los incrementos habituales. También habrá un efecto en los próximos meses por la incidencia de esos incrementos tarifarios en los costos de producción”, calculó el economista Fausto Spotorno.

Guido Lorenzo de la consultora ACM, dice que el IPC Nacional de diciembre “estará en torno del 2,7% en diciembre y podría ser un poco más alto en Capital y GBA, con una inflación anual del 24/25%. Y habrá que computar los efectos de “segunda ronda” en enero y febrero”.

Por la incidencia de la suba de gas, luz, prepagas y algún incremento en los combustibles, calculan que la inflación nacional de este mes rondará el 2,5% y en Capital y GBA un poco más, pudiendo llegar hasta el 3%. 

Si se cumplen estos pronósticos, la inflación de este año se ubicará en los niveles de 2015, con tarifas más altas pero con un tipo de cambio real más bajo.

Descontando la entrada en vigencia de los aumentos ahora autorizados, días pasados el Presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, anticipó que hacia delante habrá algunos «meses delicados en materia de inflación» y que demandará otros seis meses que la inflación se aproxime al 1% mensual.

De aquí se desprende que el BCRA continuará con su política de altas tasas de interés, caso Lebac cercano al 30% anual que, entre otros efectos, lleva a costos financieros altos, con su impacto de mayores incrementos de precios y a una apreciación del peso o atraso del dólar, con su incidencia de mayores importaciones y dificultades de exportación sobre determinados sectores de la economía.

Estos números tendrán influencia en las paritarias que empiezan a negociarse a fines de marzo y abril próximos porque alejan la pretensión oficial de acordar aumentos salariales según las proyecciones del proyecto de Presupuesto 2018, de un rango inflacionario anual de 8%-12%.