El ayuntamiento de San Pablo, la mayor ciudad de Sudamérica, promovió el primer casamiento homosexual colectivo en el municipio, en el que participaron 32 parejas. El evento multitudinario se realizó ayer en el Club Homs, situado en la céntrica Avenida Paulista, corazón financiero de Brasil, y en él formalizaron su unión civil decenas de parejas gays y lesbianas.
La ceremonia ecuménica contó con el tradicional intercambio de anillos y un beso colectivo entre el público presente, principalmente familiares y amigos de las 32 parejas.
Entre las parejas participantes estaba el matrimonio formado por Amanda y Cristiane, embarazada de seis meses tras un procedimiento in vitro.
En declaraciones a Efe, la secretaria de Derechos Humanos y Ciudadanía de San Pablo, Eloisa Arruda, aseguró que la Alcaldía apoyó la iniciativa «porque es una marca de la ciudad, una ciudad muy diversa, y la causa LGBT necesita ganar visibilidad».
Según ella, «las personas necesitan saber que las personas LGBT tienen los mismos derechos civiles, y apoyar y organizar este casamiento es una marca de nuestra gestión».
«Consideramos que es importantísimo que las personas tengan los mismos derechos ya reconocidos por el Supremo Tribunal Federal. Cualquier pareja, independientemente de su orientación sexual, tiene derecho a sellar su unión mediante un casamiento civil», agregó.
Una de las parejas participantes, Jeferson Ferreira y Felipe Silva, afirmaron que este tipo de celebraciones son «importantes porque a veces tenemos miedo de oficializar cualquier cosa y quedamos en la marginalidad».
Para ellos, «el casamiento civil repara algunas cosas. Este momento que la alcaldía nos da es importante, es la primera vez que hace esto e incentiva las parejas a no tener vergüenza de la felicidad».
Por su parte, Fabiana Medeiros y Estrela Mari Sistica, juntas desde hace diez años y que ya tenían la unión estable reconocida, optaron por oficializar su relación con el casamiento civil.
«Estamos muy emocionadas, muy contentas. Este acto nos ayuda en cuestión de derechos y esta fiesta nos muestra que no son casos aislados, hay personas homosexuales en Brasil y en el mundo entero que quieren unirse», explicaron.
Agnaldo Lopes y David de Oliveira resaltaron que el casamiento colectivo supone «una evolución» en la sociedad.
«Somos uno de los países que reconocen las parejas homosexuales, y esta ceremonia es un marco muy importante tanto para nosotros como para todo el país», agregaron.
Lopes recordó las dificultades que todavía sufren hoy miles de parejas homosexuales en Brasil. «Tenemos amigos que ya fueron agredidos por el simple hecho de estar en un lugar o la calle con su pareja», denunció.
Brasil permite los casamientos entre parejas del mismo sexo desde 2013, cuando el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) determinó que todas las notarías pudieran realizar la unión civil entre personas del mismo sexo.
En 2012, el Gobierno regional de San Pablo promovió una ceremonia colectiva gratuita en la que 47 parejas homosexuales oficializaron su relación estable ante la Justicia.
El casamiento civil, a diferencia de la unión estable, concede seguridad jurídica y garantiza los derechos de la pareja, como herencia, pensión alimentaria y dependencia en los planos de salud, entre otros.