Un juez ordenó realizar un inventario de los bienes que hay en la sede de Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires y las integrantes, entre ellas, Hebe de Bonafini, se resistieron a la orden judicial.
La asociación denunció que los funcionarios judiciales se presentaron en el lugar sin notificación y durante el receso de las vacaciones de verano, con un magistrado de guardia, por lo que se atrincheraron y no permitieron su paso. «Tengo 90 años y tengo que estar en la puerta para impedir que entren», les dijo la referente de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, a las autoridades, que le respondieron que actuaban «de buena fe» para cumplir una orden de la Justicia.
«Yo no le creo más a nadie, creo que quieren afanar todo y por eso levantan la feria y vienen por la mañana temprano», les lanzó Bonafini, en un video aportado por las Madres.
«Este Gobierno nos quiere arrodillar», dijo más tarde Hebe en conferencia de prensa, y agregó que «las Madres nos vamos a defender como sea. Esto no va a ser de quien no tiene que ser».
«La gente cree que vienen a buscar unos libros de cuentas. No. Vienen a buscar el archivo, los cuadros, los regalos, no para quedárselo, para destruirlo. Ellos quieren destruir la historia.La ley hubiese sido que nos avisen. Así nosotras los esperamos con nuestros abogados. Quieren tomarnos por sorpresa», siguió Bonafini.
Desde la asociación remarcaron que el procedimiento ordenado por el juez Javier Cosentino es «un nuevo capítulo del plan de persecución a las Madres. Habilitaron la feria judicial de manera ilegal y sin fundamento, con intervención del Ejecutivo y sin notificar a las Madres. Esto viola manifiestamente las garantías constitucionales», dijeron.
El registro de la sede tuvo lugar en el caso en el que se investiga el supuesto desvío de más de 200 millones de pesos en un programa de construcción de viviendas sociales administrado por la fundación de Madres de Plaza de Mayo.