La provincia de Buenos Aires aplica desde este año una actualización en las valuaciones fiscales de la planta urbana, para calcular el valor de las propiedades y definir el impuesto inmobiliario que comienza a vencer en febrero.
Según explicaron a Télam fuentes del gobierno provincial, el último revalúo urbano se había efectuado hace más de 10 años, por lo que los valores fiscales de las propiedades urbanas se encontraban “distorsionados y lejos de la realidad”.
Esa situación iba a corregirse en 2016, pero se decidió esperar “porque el contexto social y económico no era el adecuado para aplicarlo”.
En concreto, la provincia de Buenos Aires aumentará un 56% el impuesto inmobiliario, a raíz del revalúo fiscal.
La actualización de los montos traerá aparejado que muchos inmuebles de clase media que hasta ahora no pagaban el impuesto por Bienes Personales ahora tendrán que abonarlo y aportar al fisco. El mínimo no imponible de este tributo para 2018 es de $1.050.000, una suma a la que se llega rápidamente si se cuenta con una propiedad y un automóvil.
La revaluación fiscal tendrá un impacto sensible en la recaudación, ya que hasta diciembre, por ejemplo, un inmueble en El Palomar con una superficie edificada de 174 m2 contaba con una valuación fiscal de 260.000 pesos. Desde este mes, para ARBA la cotización de ese bien es casi 10 veces mayor, de 2.000.000 pesos.
“El objetivo del revalúo urbano es sincerar la situación actual de los inmuebles y otorgar mayor equidad y progresividad al sistema tributario”, explicó en ese sentido el titular de ARBA, Gastón Fossati.
Expresó que “va en línea con la decisión de reducir gradualmente el peso de los impuestos que son distorsivos para la actividad económica (como Ingresos Brutos, por ejemplo, que genera perjuicios en términos de inversión, producción y empleo), reemplazándolos por tributos que gravan bienes patrimoniales y se vinculan directamente con la capacidad contributiva de los ciudadanos”.