Sin embargo, las pruebas no aparecieron. Mientras un equipo de expertos internacionales viaja a la zona afectada para analizar la situación, el jefe del Pentágono admitió: «No tenemos evidencia de uso de cloro o de gas sarín«. James Mattis, conocido como «Perro Rabioso», se presentó ante el Congreso yanqui para referirse a la cuestión y allí, en una de las tantas respuestas que dio a los legisladores, manifestó: «Hubo varios ataques de este tipo. En muchos casos, usted sabe que no tenemos tropas, no estamos involucrados en el terreno allí, así que no puedo decir que tuviéramos pruebas, a pesar de que contáramos con muchos indicios de medios y redes sociales de que se usó cloro o sarín«.

«Hay indicios fuertes del ataque químico
pero no, no tenemos pruebas concluyentes»
dijo el jefe del Pentágono.

Sin embargo, y pese a que todas las sospechas provienen de informes publicados por los medios y en las redes, Mattis aseguró que cree que «el ataque químico sí tuvo lugar», por lo que aguarda «pruebas basadas en hechos». Mientras las acusaciones -hasta ahora sin ninguna comprobación científica- abundan, un primer grupo de expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) viajó a Siria para investigar si el ataque contra civiles existió.

La misión comenzará su labor mañana y consistirá en la recolección de muestras y en la realización de entrevistas a los supuestos afectados por los gases tóxicos en la ciudad de Duma.