El papa Francisco lavó este jueves los pies de doce presos de una cárcel romana, a los que convocó a «servir a los demás», y en su homilia del primer día de actividades de la Semana Santa -que cerrará el domingo con la bendición «Urbi et Orbi» desde Plaza San Pedro-, pidió «mas curas callejeros».
«En una época los pies eran lavados por los esclavos. La gente llegaba por el camino, no había asfalto o adoquines, y se ensuciaba los pies, entonces los esclavos les lavaban los pies. Era un servicio. Hoy yo soy embajador de Jesús, y Jesús quiere hacer este servicio para darnos un ejemplo de cómo debemos servirnos los unos a los otros», aseveró el pontífice en su homilía de la misa que celebró en la cárcel romana de Regina Coeli, ubicada en el barrio de Trastevere.
Francisco repitió así el rito que siguió en su época de arzobispo porteño y lavó los pies de 12 hombres de siete países distintos, entre ellos 5 europeos, 2 asiáticos, 3 africanos y un sudamericano, de Colombia.
#PapaFrancisco celebra el #JuevesSanto en la cárcel #ReginaCoeli de #Roma: "Jesús no se llamaba Poncio Pilato, Él no se lava las manos sino que da su vida por todos nosotros" pic.twitter.com/irYkGFPsrY
— Vatican News (@vaticannews_es) March 29, 2018
Curas callejeros
Esta vez, sólo ocho de los reclusos que se encontraron con el pontífice eran católicos. Hubo también dos musulmanes, un ortodoxo y un budista.
«Entre ustedes no deben hacerse servir por esclavos. El que manda debe servir, el capo de ustedes debe ser su servidor. el que manda para ser un buen jefe esté donde esté debe servir», afirmó a losreclusos.
«Pensemos en la historia, si tantos reyes, emperadores, jefes de Estado hubieran entendido esta enseñanza de Jesús y en vez de ser crueles y matar gente hubieran hecho esto… cuántas guerras no se hubieran hecho», lamentó el obispo de Roma.
Antes de la visita, en la misa que marcó el inicio de la Semana Santa, el papa Francisco había pedido que en la Iglesia haya «curas callejeros» que «caminen en medio de su pueblo» y que «estén cerca de los creyentes y de los no creyentes».
«Esta es la gran opción de Dios: el Señor eligió ser alguien cercano a su pueblo. Treinta años de vida oculta. Después comenzará a predicar», recordó el pontífice durante su homilía en la Basílica de San Pedro.
«Cuando la gente dice de un sacerdote que es cercano suele resaltar dos cosas: la primera es que siempre está. Y otra es que sabe encontrar una palabra para cada uno. Habla con todos, dice la gente: con los grandes, los chicos, los pobres, con los que no creen… Curas cercanos, que están, que hablan con todos… Curas callejeros», pidió.
«Revolucionario»
Entre la misa y la visita a la cárcel, Bergoglio almorzó con 10 sacerdotes romanos, a los que les pidió «que sean cercanos a Dios y a la gente» y que «hagan lo que sea para que los pobres se sientan en casa en sus parroquias», según informó el diario del Vaticano L’Osservatore Romano.
Mañana, desde las 21.15 de Roma (16.15 de Argentina) Francisco encabezará el tradicional Via Crucis frente al Coliseo romano y el domingo dará la bendición «Urbi et Orbi» («A Roma y al mundo») desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
El jueves santo había iniciado con una polémica en torno a una breve entrevista aparecida en La Repubblica en la que el diario italiano afirmaba que Fancisco planteó que «no existe el infierno» y que se siente «honrado» de que lo llamen revolucionario.
Horas más tarde, el Vaticano comunicó que el diálogo entre el pontífice y el fundador de Repubblica, Eugenio Scalfari (de 93 años) sí existió pero que las palabras allí citadas no podían considerarse definiciones pontificias, considerando que el propio periodista admitió públicamente más de una vez que no graba sus entrevistas y que escribe de memoria.