El Día Mundial de la Alimentación coincide este año con un momento en que el hambre en el mundo está aumentando por primera vez en más de una década, afectando a 815 millones de personas, el equivalente al 11 por ciento de la población mundial. Este incremento se debe principalmente a la proliferación de conflictos violentos y a las perturbaciones relacionadas con el clima, que son también las principales causas de la migración por dificultades económicas.

Por eso, el Papa Francisco pidió hoy la colaboración de los gobiernos de todo el mundo para hacer de la migración una opción más segura y voluntaria, subrayando que garantizar la seguridad alimentaria de la población requiere hacer frente al cambio climático y acabar con los conflictos.
El Pontífice realizó este llamamiento en la ceremonia del Día Mundial de la Alimentación (DMA), que se realizó en Roma, en lsede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Está claro que las guerras y el cambio climático son una de las causas del hambre, así que no presentemos el hambre como si se tratase de una enfermedad incurable”, señaló el Santo Padre durante su discurso inaugural en la ceremonia del DMA.

“Lo que está en juego –sostuvo Francisco- es la credibilidad de todo el sistema internacional”. 

El Papa Francisco pidió un compromiso total con el desarme gradual y sistemático, e instó a un cambio en los estilos de vida, el uso de los recursos y la producción y el consumo de alimentos con el objetivo de proteger el planeta.

La pobreza, un problema de derechos humanos

Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, a nivel mundial, más de 800 millones de personas aún viven con menos de US$1,25 al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados.

«En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza», tal y como se asegura en el prefacio sobre Los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos.

En ese marco, a pesar de que en las últimas décadas el número de personas que padecen hambre estaba bajando sostenidamente, un informe de la FAO y de la OPS alertó días atrás sobre la posibilidad de que esta tendencia se esté revirtiendo.

En el caso de América latina y el Caribe, el informe sostiene que «el número total de personas que sufren hambre ha aumentado, lo cual está revirtiendo décadas de progresos».

Las cifras indican que se sumaron 2,4 millones de personas a los afectados por este flagelo (un 6% más de la población subalimentada en comparación con el año anterior) que las Metas del Milenio se propusieron eliminar para 2030.

El trabajo destaca que el hambre se redujo en 21 países, pero creció en seis: la Argentina, Ecuador, El Salvador, Granada, Perú y Venezuela. Entre ellos, el que presenta el aumento más significativo es este último, con 3,9% en comparación con 2013-2015.