El Gobierno decidió avanzar en un aumento en el precio de los combustibles, congelados desde diciembre de 2019. La decisión del presidente de YPF, Guillermo Nielsen, fue finalmente consensuada con el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta y los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Desarrollo Productivo Matías Kulfas.
Las compañías hablan de un aumento pendiente del 15%, pero asumen que eso no se podrá trasladar de inmediato. Los precios de las naftas no se modifican desde el 1° de diciembre de 2019. Las modificaciones posteriores fueron por tributos o costos de biocombustibles, pero no en los márgenes de las empresas.
Con la tarifas de luz y gas congeladas, será el primer movimiento de productos energéticos de esta gestión.
¿De qué depende el tiempo de comunicar el aumento? Del precio del barril de petróleo crudo Brent. Éste se utiliza como referencia en la Argentina, y también está en alza. De su comportamiento dependerá el tiempo de comunicar el aumento local.
Según Clarín, el decreto que promulgó el “barril criollo” -un precio “sostén” para la producción local- establecía que ese piso podía derogarse si el Brent cotizaba más de 10 días por arriba de los US$ 45. Eso vino pasando en las últimas jornadas. Si se cumple una decena de días del Brent en aumento, el “criollo” podría quedar sin efecto.
La suspensión del “barril criollo” habilitaría a las productoras a tratar de cobrar más caro sus producto. Y si los refinadores -los que transforman el petróleo en combustible- cuentan con márgenes, también podrían afrontar esa erogación, según entienden en la industria.
Las ventas de combustibles están en caída por el aislamiento. Solo hubo una recuperación -y en algunos casos, hasta mejoría interanual- en ciertos bolsones del campo que consumen gasoil.