Mientras la Argentina negocia con el FMI por el denominado acuerdo Stand-By, el ente internacional decidió armar una suerte de «preguntas frecuentes» para que desentrañar las dudas que existen tanto en el país como en el mundo sobre el futuro del Gobierno que encabeza Mauricio Macri. Asimismo, en el mensaje que apareció en su perfil oficial de Twitter, el Fondo puntualizó entre las consultas, «¿Cómo se negocia un Acuerdo Stand-By? ¿Qué flexibilidad tienen los acuerdos del FMI? ¿Tienen en cuenta las opiniones de la sociedad?». Enterate.
Según explican en la publicación, a la que se deriva del mensaje tuitero, un «Acuerdo de Derecho de Giro (Stand-By) es una herramienta financiera del FMI que está a disposición de cualquier país miembro que necesite financiamiento para superar problemas de balanza de pagos». Asimismo, destacan que este arreglo permite acceder «sin demora» al «financiamiento externo» y busca «apoyar las políticas» de «crecimiento sostenible». Sin embargo aclara que, a pesar de que «todos los países miembros» pueden «suscribir un Acuerdo Stand-By», fue usado con mayor frecuencia por «los países de ingreso medio (o alto)», porque para los de menores ingresos hay «instrumentos de tipo concesionario».
En ese sentido, explicaron que la negociación «suele tomar semanas», ya que «primero tiene que solicitar apoyo financiero», para luego «evaluar la situación económica y financiera y la magnitud de las necesidades de financiamiento del país, y para acordar la respuesta adecuada en materias de políticas». A pesar de que aseguran que es el país miembro «el responsable de determinar el diseño de las políticas», advierten que «el gobierno y la institución deben alcanzar un entendimiento en torno a un programa de políticas económicas».
¿Cómo se negocia un Acuerdo Stand-By? ¿Qué flexibilidad tienen los acuerdos del FMI? ¿Tienen en cuenta las opiniones de la sociedad? Respuestas a estas y otras preguntas aquí: https://t.co/0guBZvP2Yk #Argentina pic.twitter.com/rpErV48evp
— FMI (@FMInoticias) May 18, 2018
En cuanto a la duración, desde el FMI aseguran que «flexible», pero advierten que «abarca un período de 12–24 meses, pero no mayor de 36 meses«, al tiempo que destacan que el acuerdo vence «dentro de 3¼-5 años de efectuado el desembolso», es decir que debe pagarse «en ocho cuotas trimestrales iguales a partir de los 3¼ años posteriores a la fecha de cada desembolso».
Además, destacan que los montos para «los préstamos no concesionarios es del 435% de la cuota del país, o su cuota relativa en el FMI, deducidos los reembolsos, a lo largo de la duración del programa y del 145% de su cuota anualmente», aunque advierten que puede «prestar fondos por encima de estos límites normales según el caso, previa consideración y aprobación por parte del Directorio Ejecutivo del organismo».
«El FMI supervisa los avances realizados por el país hacia el logro de sus objetivos«, explica y destaca que es «esencial para evaluar el desempeño en el marco de un programa y efectuar ajustes según la evolución económica». Sin embargo explican que se tiene en «cuenta cualquier circunstancia imprevista que pueda surgir a lo largo del programa», como por ejemplo un desastre natural.
Para finalizar, explican que tiene en cuenta la opinión de la sociedad y mantienen «un diálogo regular no solo con el gobierno, sino también con los sindicatos, académicos, estudiantes, analistas del sector privado, centros de estudio, asociaciones confesionales y grupos de la comunidad local», para «poner de manifiesto cuestiones importantes» y dar «una perspectiva quizá distinta de la que se tiene en los círculos oficiales».