Mañana, una comitiva del Fondo Monetario Internacional (FM) iniciará en nuestro país la revisión del cumplimiento de las metas que la administración de Mauricio Macri se comprometió a alcanzar para recibir el crédito “stand by” de hasta 50.000 millones de dólares por parte de ese organismo.
Los funcionarios del Fondo analizarán la marcha de los principales indicadores económicos, justo en el peor momento de la economía local desde que el gobierno nacional firmó el acuerdo con el Fondo.
Será el primer monitoreo oficial más allá de las notas que tomó la titular del organismo, Christine Lagarde, cuando visitó el país a mediados de julio para participar de la cumbre del G20.
Cualquier desvío en el rumbo consensuado deberá ser debidamente justificado por el equipo económico que conduce el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para que se liberen el 15 de setiembre los u$s3.000 millones correspondientes a la segunda entrega del préstamo.
Los antecedentes no son los mejores. El viernes último el riesgo país sobrepasó los 700 puntos básicos (su máximo desde inicios de 2015) y se quebró la calma en el mercado cambiario, donde el dólar se disparó 4 por ciento y quedó a un paso de superar la barrera de los 30 pesos en el mercado minorista.
Aunque gran parte del dramático panorama se enmarca en la pandemia que provocó la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, lo cierto es que la Argentina mantiene problemas estructurales en su economía que la convierten en uno de los países más sensibles a los factores exógenos.
Pero tal vez el dato más alarmante para los enviados del Fondo será la situación de las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que perdieron 6.404 millones de dólares desde que se firmó el acuerdo. La sangría no es menor si se tiene en cuenta que la mitad del primer desembolso del crédito (u$s7.500 millones) se utilizó para engrosar las arcas de la autoridad monetaria.
En su reciente visita, la propia Lagarde recibió de manos de Dujovne la noticia de que se estaban sobrecumpliendo las metas fiscales, pero para completar el camino se necesita de la negociación política con los mandatarios provinciales.