Ayer por la noche se completó el escrutinio definitivo de las elecciones generales del 27 de octubre y la Cámara Nacional Electoral determinó que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, obtuvo 12.942.183 votos y 48,24% del padrón electoral frente a los 10.805.634 de votos y el 40,28% del padrón logrados por Mauricio Macri y su coalición Juntos por el Cambio.
La victoria presidencial de Fernández se construyó en los votos obtenidos en el conurbano bonaerense y en el norte de la Argentina, si se observan las cifras del escrutinio definitivo realizado por la Cámara Nacional Electoral.
Terminó el escrutinio definitivo:
AF 48,24%
MM 40,28%— Daniel Schteingart (@danyscht) November 6, 2019
María Eugenia Vidal fue derrotada por Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, y su caudal de votos fue menor al esperado: 38 por ciento de los sufragios ante el 52 por ciento que logró el futuro gobernador bonaerense. Esa diferencia a favor de Kicillof es clave para entender la victoria de la fórmula Fernández-Fernández de Kirchner.
En Formosa, Catamarca. Jujuy (que está gobernada por la Coalición Juntos por el Cambio), Tucumán, Salta, Chaco, La Rioja y Santiago del Estero, el candidato del Frente de Todos logró un triunfo apabullante a Macri. Son provincias que, separadas, tienen poco impacto electoral, pero que juntas reúnen un caudal que no es despreciable. Por ejemplo, en Formosa Fernández derrotó a Macri por 65,41% a 28,24%, en Tucumán por 57,78% a 33,91% y en Chaco por 55,73% a Macri 35,58%.