El consumo de lácteos entre los adultos es objeto de numerosos debates, preguntas y mensajes sobre sus posibles efectos en la salud. No es de extrañar, pues se trata de un grupo de alimentos de consumo cotidiano, en el que se incluyen algunos tan populares como la leche, los quesos, la manteca y los yogures.
Recientemente, han proliferado los mensajes en los medios de comunicación sobre el supuesto efecto beneficioso de los lácteos en general o de algunos en particular en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Ahora, una nueva evaluación de Nutrimedia, el proyecto del Observatorio de la Comunicación Científica de la UPF, indica que el consumo moderado de lácteos podría reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Los resultados proceden principalmente del estudio PURE (Prospective Urban Rural Epidemiological), publicado en la revista The Lancet, que están en consonancia con los de otros estudios observacionales incluidos en las revisiones sistemáticas analizadas.
Ese trabajo indica que el grupo de personas que consumen tres dosis de lácteos sin desnatar al día tiene tasas más bajas de mortalidad y enfermedad cardiovascular, en comparación con el grupo de quienes toman menos de media porción diaria.
Los hallazgos son consistentes con metaanálisis observacionales previos y ensayos aleatorizados, pero contrastan con las pautas dietéticas actuales, que recomiendan consumir de dos a cuatro porciones de lácteos descremados por día y minimizar el consumo de leche, yogures o quesos enteros para prevenir enfermedades cardiovasculares.
La evaluación no ha entrado a comparar los lácteos enteros con los bajos en grasa, debido a que los estudios disponibles no son concluyentes y hace falta más investigación para esclarecer esta cuestión.
Sin embargo, con las pruebas científicas disponibles se puede decir que el consumo de lácteos posiblemente ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares, desde el infarto al ictus, e incluyendo también la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.
No obstante, el grado de certeza de estos resultados es bajo, por lo que probablemente nuevos estudios ofrezcan resultados diferentes.