El Banco Central (BCRA) rescindió de manera unilateral el contrato que tenía con la Casa de Moneda, entidad que dejará de imprimir los billetes de $1.000 y $2.000.

La información fue confirmada en una comunicación interna enviada a los trabajadores de Casa de Moneda a la que tuvo acceso el portal La Nación.

El comunicado al personal informa que “el Banco Central de la República Argentina (BCRA) nos ha comunicado la decisión de rescindir los contratos de denominación de $1000 y $2000 que se encuentran vigentes al día de la fecha con Casa de Moneda”.

A raíz de esa decisión “se procederá a detener a partir de las 22.00 todos los procesos productivos referentes a la fabricación de billetes”, se completó.

Por este motivo, “a todo el personal afectado directamente a dicha actividad productiva, se le dará curso a la utilización de los períodos vacacionales que tengan disponibles”, cerró la comunicación interna.

En el BCRA indicaron que la resolución se tomó en la reunión de directorio del viernes pasado y se fundamentó tanto en los altos cotos cobrados por Casa de Moneda por el “incumplimiento” de plazos.

Se rescindieron, precisaron, contratos de 2021, 2022, y 2023 para abastecer de billetes el primer y segundo semestre de 2022, y los primeros seis meses del año pasado.

“La rescisión es parcial porque se van a recibir una parte de uno de los contratos por billetes de $2000″, contaron en la autoridad monetaria.

Cierre de Ciccone

A principios de octubre, el Gobierno anunció la disolución de la ex Ciccone Calcográfica y la reestructuración de la CMA, “una imprenta estatal con severas ineficiencias que se encarga de imprimir billetes, pasaportes, patentes de autos y estampillas”, según el vocero presidencial, Manuel Adorni.

«La mala administración anterior implicó un despilfarro de recursos, con deudas que hoy ascienden a los US$ 371 millones, un patrimonio negativo de US$ 78 millones y un resultado bruto negativo de US$ 20,5 millones”, justificó Adorni

“Cabe resaltar que la decisión del kirchnerismo de negarse a emitir billetes de mayor denominación desde el año 2020 se gastaron US$ 4.700 millones en importar billetes para solventar la Casa de la Moneda, que es quien debería haber abastecido a la Argentina de estos billetes”, completó. 

«En la Argentina que ya no imprime billetes para financiar a la política poco sentido tiene seguir con este absoluto despilfarro para mantener una estructura al servicio de los degenerados fiscales», comentó Adorni y concluyó: «La readecuación de la Casa de la Moneda es el último clavo en el ataúd de la inflación».