Eduardo Roust, quien iba a asumir como subsecretario de Medios designado por el presidente, Javier Milei, dio un paso al costado y aseguró que no formará parte del equipo de comunicación del mandatario.
Roust manifestó que por «motivos estrictamente personales» no integrará la comunicación presidencial.
El vocero, que había trabajado con Alberto Fernández cuando el ex presidente era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y también con Carlos Ruckauf, argumentó que el “vértigo” del trabajo lo apartaba de «cuestiones esenciales» de su vida.
“El vértigo que tiene el territorio digital o el mundo moderno de las comunicaciones, requiere de una velocidad informativa sin precedentes. Estas circunstancias hacen que el trabajo resulte para mí un poco “inhumano” y me aparte de cuestiones esenciales de mi vida”, sostuvo el hasta hoy integrante de la comunicación presidencial.
En su momento, Roust sonó para formar parte la secretaría de Comunicación y Prensa de Presidencia en el Gobierno de Alberto Fernández tras la salida de Juan Pablo Biondi, pero su lugar lo ocupó la ex portavoz Gabriela Cerruti.
Roust se encontraba ejerciendo funciones en la Casa Rosada, pero aún no tenía designación en el Boletín Oficial, por eso, fuentes oficiales alegan que no se trató de una renuncia formal.
Con despacho en la planta baja de la Casa Rosada, el experimentado consultor formó parte sólo por una semana hábil del equipo que lidera la secretaria de Comunicación, Belén Stettler, y que está integrado también por el vocero presidencial, Manuel Adorni, que se sumó después del balotaje, y los expertos en redes sociales Iñaki Gutiérrez y Eugenia Rolón, que venían de trabajar en la campaña de La Libertad Avanza (LLA).
Todos responden al liderazgo en las sombras del consultor Santiago Caputo, que trabajó para Jaime Durán Barba, el “gurú” del ex presidente Mauricio Macri, y no tiene cargo pero asesora a Milei como estratega de comunicación y opinión pública.