El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió hoy a elevar el tono de la discusión con la oposición demócrata por el cierre de su gobierno y la expansión del muro con México, durante una visita a la frontera, en Texas. «Dicen que los muros son medievales, pero también lo es la rueda. La rueda es más vieja que el muro. Miro afuera y hasta los autos más caros tienen ruedas. Hay cosas que funcionan: la rueda funciona y el muro funciona», aseguró el mandatario ante la prensa desde la cuidad texana de McAllen.
McAllen se hizo famosa en todo el mundo porque fue allí donde primero las autoridades migratorias estadounidenses comenzaron a separar a los menores de edad de sus padres detenidos por ingresar ilegalmente al país. Trump viajó a Texas para reunirse con autoridades locales -como el senador federal Ted Cruz-, con miembros del gobierno local y de la Patrulla Fronteriza, y con familiares de víctimas de crímenes cometidos por inmigrantes sin papeles.
«Si tuviéramos una barrera de cualquier tipo, una barrera poderosa, ya sea de acero o de concreto? Lo detendríamos», aseguró el mandatario al culpar a los inmigrantes de los homicidios, robos y ataques en la región, según la agencia de noticias ANSA, algo que no se sustenta en ninguna de las cifras oficiales publicadas por su propio gobierno.
En una reunión televisada, en la que los participantes estaban sentados en semicírculo alrededor de paquetes de droga confiscada, bolsa con fajos de dinero, una ametralladora automática y pistolas, Trump criticó a la oposición demócrata y su negativa a financiar la extensión del muro y dijo que está analizando opciones para hacerlo igual. Antes de subirse al avión en Washington, Trump amenazó con declarar una emergencia nacional y, así, poder destinar fondos a la expansión del muro, sin tener que pasar por el Congreso.
«Tengo todo el derecho a declarar la emergencia nacional. Todavía no lo hice, pero puede que lo haga. Si (las negociaciones) no funcionan, probablemente lo haré. Es casi seguro que lo haré», aseguró el mandatario ante la prensa, según la agencia de noticias EFE. Desde Texas, también se mostró abierto a la posibilidad de comenzar a financiar la expansión del muro con fondos locales en vez de federales.
El 22 de diciembre último venció el plazo para que el Congreso apruebe una nueva ley de presupuesto porque oficialismo y oposición no se pusieron de acuerdo sobre la partida para la seguridad fronteriza. Mientras el presidente Trump pide 5.700 millones de dólares para expandir el muro a lo largo de toda la frontera sur con México, los demócratas se niegan a destinar tanto dinero, piden no aumentar el déficit fiscal y priorizar programas migratorios.
Ayer Trump se volvió a reunir con los máximos líderes demócratas del Congreso para llegar un acuerdo y lograr los fondos para reabrir el gobierno federal, pero el encuentro duró poco. Los demócratas lo acusaron de intransigente y el mandatario respondió hoy con una mayor escalada.
«Por la intransigencia de los demócratas sobre la seguridad fronteriza y la gran importancia que tiene la seguridad de nuestra Nación, respetuosamente cancelo mi importante viaje a Davos, Suiza, para el Foro Económico Mundial. ¡Mis sentidos saludos y disculpas!», escribió el mandatario durante su vuelo a Texas. El cierre de su gobierno que ya lleva 20 días y ha dejado a 800.000 de los 2,1 millones de empleados públicos federales sin sueldo.
Según un informe de la Comisión de Presupuesto del Senado, cerca de la mitad tienen que seguir yendo a trabajar de todas maneras, mientras que el resto fue licenciado hasta que el Congreso apruebe nuevos fondos. Miles de esos empleados federales protestaron hoy con carteles que rezaban «Quiero volver a trabajar» o «Congreso: haz tu trabajo y así podemos hacer el nuestro» en varias ciudades como Washington, Filadelfia, Ogden y Denver. Algunos incluso decidieron pedir subsidio de desempleo, ya que el próximo mes no recibirán sueldo.