El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con cerrar la frontera con México si su gobierno concluye que su vecino ha pedido el «control» de su lado, en otra vuelta de tuerca en su intención de bloquear el ingreso de caravanas de migrantes centroamericanos que han empezado a llegar a la zona limítrofe.
En rueda de prensa en su residencia de Florida en ocasión del Día de Acción de Gracias, Trump se refirió a la «muy mala situación» en la ciudad de Tijuana, en el noroeste de México, donde cientos de migrantes han desbordado centros de acogida o acampan a la intemperie a la espera de poder entrar a Estados Unidos.
El presidente advirtió que «si encontramos que esto se vuelve incontrolable», entonces «cerraremos el ingreso al país por un periodo de tiempo hasta que podamos ponerlo bajo control» y agregó: «Toda la frontera», insistió, citado por la cadena CNN.
El mandatario reiteró su acusación sin pruebas de que en las caravanas hay «delincuentes tremendamente peligrosos» y confirmó que ha dado el «OK» a tropas desplegadas en la frontera para usar la fuerza letal contra migrantes «si tienen que hacerlo», algo que ya había prometido este mes al anunciar el envío de miles de soldados a zonas limítrofes.
«Espero que no tengan que hacerlo», dijo, pero añadió: «No tengo opción, porque ustedes están lidiando con mala gente».
Desde hace semanas, el presidente critica con dureza a las tres caravanas de migrantes de centroamericanos que atraviesan México de camino a Estados Unidos en busca de un futuro mejor.
En su mayoría huyen de la miseria y la violencia en sus países de origen y quieren pedir asilo en territorio estadounidense. El mayor grupo con varios miles de personas llegó hace días a Tijuana, ciudad fronteriza con la estadounidense San Diego, en California.
Esta semana, un juez federal prohibió temporalmente al gobierno aplicar un decreto emitido por Trump a principio de mes que denegaba la posibilidad de asilo a inmigrantes que ingresen a Estados Unidos de manera ilegal por la frontera sur, contraviniendo a las leyes inmigratorias del país.
El magistrado hizo lugar a un recurso de organizaciones de derechos civiles que argumenta que la ley de inmigración estadounidense claramente permite a cualquier persona pedir asilo aun si entra al país entre puntos de acceso oficiales y bloqueó la aplicación de la medida mientras la Justicia resuelve el caso.