Según la Organización Mundial de la Salud, la tasa de obesidad en la Argentina es la más alta de América Latina ya que comprende al 27 por ciento de la población, la que en un 60 por ciento presenta índices de sobrepeso.

De esta forma, la Argentina se encuentra en la actualidad junto a Canadá y Estados Unidos entre los países con mayor tasa de sobrepeso en la región.

El ranking se conoce en la antesala del Día Mundial de la Alimentación que se celebra todos los años el 16 de octubre. La obesidad trae aparejada una gran cantidad de patologías provocadas por una mala alimentación y el sedentarismo.

Una persona que tiene sobrepeso consume más calorías de las que su cuerpo necesita, y por ende acumula esa energía que se transforma en kilos de más.

Pero no se trata solamente de una cuestión estética, el sobrepeso y la obesidad tienen como consecuencia posibles complicaciones de salud como; diabetes, hipertensión, dislipidemia, insuficiencias cardíacas, infartos, acv, problemas óseos, articulares, apnea de sueño, fatiga, problemas hepáticos y renales.

La prevalencia de obesidad en hombres
adultos pasó del 12,5% en 1980 al 26,7%
de los últimos años. Y en cuanto a las
mujeres, subió de 15,1% a 30%.

Según el informe de la FAO titulado «Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe», la prevalencia de obesidad en hombres adultos pasó del 12,5 por ciento en 1980 al 26,7 por ciento de los últimos años. Y en cuanto a las mujeres, subió de 15,1 por ciento a 30 por ciento. Es decir, se duplicó, tanto en uno como otro género.

Los especialistas advierten que en los últimos 40 años se dio un cambio de paradigma tanto en la alimentación como en hábitos. Hoy en día se come mal y la gente se mueve menos, con resultados a la vista.

De hecho, el sobrepeso y la obesidad infantil es otro problema en la Argentina. «Respecto al sobrepeso infantil —dice el informe de la FAO—, este afecta al 7 por ciento de los niños menores de cinco años en América Latina y el Caribe, cifra superior al promedio mundial. La preocupación, en este caso, radica en el aumento de los riesgos de enfermedades y otras complicaciones de salud y psicosociales en la niñez y adolescencia», agrega el estudio y recuerda que un niño con sobrepeso tiene más probabilidad, en la adultez, de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes y varios tipos de cáncer.

Pero no se trata solamente de una cuestión estética, el sobrepeso y la obesidad tienen como consecuencia posibles complicaciones de salud como; diabetes, hipertensión, dislipidemia, insuficiencias cardíacas, infartos, acv, problemas óseos, articulares, apnea de sueño, fatiga, problemas hepáticos y renales.

Según el informe de la FAO titulado «Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe», la prevalencia de obesidad en hombres adultos pasó del 12,5 por ciento en 1980 al 26,7 por ciento de los últimos años. Y en cuanto a las mujeres, subió de 15,1 por ciento a 30 por ciento. Es decir, se duplicó, tanto en uno como otro género.

Obesidad infantil

Para la OMS, la obesidad en los menores es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Sostienen que se trata de un problema de carácter mundial y está afectando progresivamente a muchos países. Sobre todo aquellos de bajos y medianos ingresos, con énfasis en medio urbano, y su prevalencia crece a un ritmo alarmante.

Y si bien nuestra región es la más golpeada, no es la única del globo que afronta el problema: el número de niños y adolescentes obesos, de hecho, se multiplicó por 10 en las últimas cuatro décadas, de acuerdo a una investigación realizada por la propia Organización Mundial de la Salud junto al Imperial College de Londres.

Durante la investigación, se analizó peso y talla de alrededor de 130 millones de individuos mayores de cinco años (31,5 millones de entre los cinco y 19; y 97,4 millones de 20 años o más), una cifra que lo convierte en el estudio epidemiológico con mayor número de personas. Además, participaron otros 1000 colaboradores a quienes se les analizó la evolución del índice de masa corporal y la obesidad desde 1975 hasta 2016.

Entre los resultados que arrojó la investigación se desprendió que las tasas mundiales de obesidad de la población infantil y adolescente aumentaron desde menos de un 1 por ciento (correspondiente a 5 millones de niñas y 6 millones de niños) en 1975 hasta casi 6 por ciento en las niñas (50 millones) y cerca de 8 por ciento en los niños (74 millones) en 2016.

Estas cifras muestran que, conjuntamente, el número de individuos obesos de cinco a 19 años se multiplicó por 10 a nivel mundial, pasando de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016.

3,1%
de los niños en hogares pobres padece bajo peso y el 9,1% sobrepeso.

11,8%
posee obesidad en los hogares no pobres, mientras que un 1,5% tiene bajo peso. 

124 millones
de individuos de 5 a 19 años son obesos a nivel mundial, multiplicando por 10 las cifras de 1975, que eran de 11 millones.