La fiscal Verónica Zamboni pidió este lunes prisión preventiva para ocho de los diez rugbiers acusados por el homicidio de Fernando Báez Sosa, a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell el pasado enero, y solicitó la liberación de los otros dos.
El pedido de prisión preventiva alcanza a Máximo Thomsen (20) y Ciro Pertossi (19), imputados como coautores del crimen y, según la fiscal, «quienes habrían acordado previamente darle muerte a la víctima». También imputa a Matías Benicelli (20), Ayrton Viollaz (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (20), Enzo Comelli (19) y Blas Cinalli (18), quienes son acusados de ser «partícipes necesarios».
En cuanto a los elementos para pedir el cese de detención de Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, la fiscal Zamboni dice: «Si bien se ha acreditado que estuvieron con los demás esa noche, hasta la actualidad se han llevado a cabo innumerables medidas de investigación que no han permitido vincularlos a la muerte de Fernando». Sin embargo aclara que seguirán siendo investigados.
La requisitoria de Zamboni, que abunda en pruebas de todo tipo y tiene más de 250 páginas, ya fue respaldada por el juez de Garantías de Villa Gesell, David Mancinelli. De esta manera, podría cambiar la rutina que los diez amigos comparten desde la llegada al penal de Dolores, ya que además de las dos liberaciones, podría implicar el traslado a un nuevo lugar de detención, juntos o separados.
Entre las pruebas más contundentes que presentó la fiscal se halla el desglose de los mensajes de WhatsApp que los imputados intercambiaron después del crimen. En uno de ellos, Lucas Pertossi, a las 4.55 de la madrugada, les comunica a sus amigos: «Estoy acá, cerca de donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, llamaron a la ambulancia… caduco«.
Luego se intercambian fotografías de unos y otros comiendo en McDonald’s. A las 6.06 de la mañana, Ciro Pertossi escribe: «Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie«.
El crimen de Báez Sosa ocurrió la madrugada del sábado 18 de enero pasado frente al mencionado boliche ubicado en pleno centro de Villa Gesell, y ese mismo día los diez rugbiers fueron detenidos en una casa que alquilaban a pocas cuadras de allí.
En el marco de la misma causa también estuvo detenido como «partícipe necesario» el remero Pablo Ventura (21), oriundo de Zárate al igual que los 10 rugbiers, pero fue excarcelado por falta de pruebas cuatro días después del hecho y la semana pasada quedó sobreseído por orden del juez Mancinelli.
Los testigos del crimen coincidieron en que Báez Sosa cayó al piso y entonces empezaron a pegarle patadas en la cabeza y el cuerpo. Hay por lo menos 8 videos de lo que parece, a secas, una matanza.