Las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que envió más de 5.000 soldados a la frontera sur, más de los que mantiene desplegados en Siria, no evitaron que ahora sean dos las caravanas que pretenden llegar a su país a través de México. La segunda está formada por 2.000 personas que ayer consiguieron atravesar a nado, con cadenas humanas y en balsas, el caudaloso río Suchiate y hoy se disponía a iniciar su itinerario hacia el norte.

Ayer, un contingente que aguardaba para entrar por el puente internacional que divide Tecún-Umán, Guatemala con Ciudad Hidalgo, México, decidió abandonar la fila y cruzar a través de balsas y a nado sobre el caudaloso río Suchiate.

Un hondureño de 25 años estuvo a punto de perecer ahogado, al ser arrastrado por la corriente, aunque fue rescatado a tiempo y rápidamente reanimado. Previamente, funcionarios migratorios les dijeron a través de altavoces de que «no hay manera de que puedan ingresar a México de forma irregular». La segunda caravana se dirigió desde ayer a Tapachula, pero tras 10 kilómetros de recorrido, en la localidad de Frontera Hidalgo, decidió descansar y continuar este miércoles.

El primer grupo, que partió el pasado día 12 de San Pedro Sula y llegó a México siete días después, salió hoy antes de amanecer de Santiago Niltepec, a Juchitán, en la zona más golpeada por el devastador terremoto de 8,2 grados del 19 de septiembre de 2017. «Trump no nos va a detener, yo creo que va a tener compasión», dice Sergio Cásares, un hondureño discapacitado que se desplaza en silla de ruedas con la caravana principal.