El Tribunal Oral Federal 3 absolvió a los ex directivos de la Fundación de la Hemofilia juzgados por el contagio masivo de VIH y hepatitis C entre 1985 y 1992.
Los acusados, los médicos Miguel de Tezanos Pinto y Pedro Pérez Bianco y el abogado Eduardo Biedman, para quienes el abogado de la querella había pedido penas de 15, 14 y 7 años de prisión, respectivamente, fueron absueltos por el juez Javier Machado Pelloni, en un juicio que se realizó con un tribunal unipersonal.
«Me siento profundamente apenado y con una gran tristeza en relación a los pacientes que han declarado en este juicio», sostuvo el médico Pedro Pérez Bianco.
Además, negó acusaciones en su contra en relación a haber portado un arma a la hora de atender a sus pacientes y sostuvo que hubo un «discurso parecido o igual, como siguiendo un guión que alguien les preparó», en referencia a pacientes y familiares que declararon.
El médico aludió a pacientes «que han declarado en este juicio y que vinieron del interior, a quienes nunca traté personalmente en mi vida».
A su turno, el médico Miguel Tezanos Pinto, de 89 años, recordó que tiene 65 años en la profesión, 30 de ellos «dedicados al estudio y tratamiento de las enfermos con hemofilia». «Por lo menos estoy tranquilo que mis pares han reconocido mi trabajo», expresó al recordar las distinciones recibidas en su carrera.
El tercer acusado, el abogado Biedma, guardó silencio ante el Tribunal.
Se trata de un juicio en el que se investigan las transfusiones de sangre que, de acuerdo al expediente judicial, afectaron a casi mil pacientes hemofílicos con VIH y a algunos de ellos con hepatitis C.
Los acusados del caso son los médicos Miguel de Tezanos Pinto y Pedro Pérez Bianco y el abogado Eduardo Biedman, para quienes el abogado de la querella pidió penas de 15, 14 y 7 años de prisión respectivamente.
Durante la investigación, el juez federal Sebastián Ramos había procesado a los médicos y directivos de la Fundación por no haber controlado los concentrados de coagulación que se le suministraron a los hemofílicos, y luego la Cámara Federal porteña les agravó la calificación y los definió como responsables directos de los contagios.