El Tribunal Oral en lo Criminal N° 9 condenó ayer a 6 prefectos con penas de entre 8 y 10 años por los delitos de imposición de torturas, privación ilegítima de la libertad, lesiones leves, robo agravado y calificado por uso de armas de fuego contra Iván Navarro y Ezequiel Villanueva Moya, dos jóvenes del colectivo La Poderosa, originarios de la villa 21-24 del barrio porteño de Barracas.
El hecho ocurrió durante la noche del 24 de septiembre de 2016, Iván (entonces de 18 años) y Ezequiel (que tenía 15) fueron detenidos por la Policía Federal frente a la Casa de la Cultura, en la villa 21-24; los cuales decidieron dar aviso a los ahora exprefectos Leandro Antúnez, Osvaldo Ertel, Orlando Benítez, Eduardo Sandoval, Yamil Marsilli y Ramón F. Falcón, ya que se encontraban en la búsqueda de los autores de un asalto.
“Con la condena me siento mucho más tranquilo, porque empieza
a borrarse un nudo en la panza que llevo desde hace
dos años», dijo una de las víctimas.
Según explicaron, las abogadas del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Agustina Lloret y Florencia Sotelo, en su alegato, a pesar de que ninguno de los jóvenes encajaba con la descripción de los sospechosos, los exprefectos los esposaros, los subieron a dos vehículos y los llevaron al «Contenedor 3», una garita con la que cuenta esa fuerza de seguridad en la zona.
Durante el viaje, que fue registrado por el GPS de los móviles, golpearon y apretaron a los jóvenes. Los cuales fueron divididos al arribar al lugar. Iván permaneció en uno de los vehículos, donde continuaron golpeándolo. Mientras que a Ezequiel lo golpearon y amenazaron con fusilarlo y tirarlo al río. Pero eso no fue todo, ya que, posteriormente, los trasladaron a un descampado frente al Riachuelo.
Cuando llegaron, fueron torturados, los quemaron con cigarrillos y los sometieron a nuevas humillaciones. Incluso, los jóvenes padecieron simulacros de fusilamiento. Tras 40 minutos, donde los integrantes de las fuerzas de seguridad grabaron videos de los padecimientos de los chicos, los robaron y los dejaron ir.
Por estos hechos, el tribunal los condenó por los delitos de imposición de torturas, privación ilegítima de la libertad, lesiones leves, robo agravado y calificado por uso de armas de fuego y por haber sido cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad. Por lo cual dispuso que los exprefectos Antúnez, Ertel y Benítez recibieran una pena de 10 años y seis meses de prisión; mientras que Sandoval, Marsilli y Falcón fueron penados con 8 años y 11 meses. Al tiempo que dictaminó que ninguno podrá volver a ejercer un cargo público
Tras conocer la sentencia, Iván habló con la prensa y afirmó: “Con la condena a los seis prefectos me siento mucho más tranquilo, porque hoy empieza a borrarse un nudo en la panza que llevo desde hace dos años». Mientras que el CELS aseveró: «Si bien el Ministerio de Seguridad de la Nación dio de baja a los seis prefectos hoy condenados, nada hizo la autoridad política por modificar sus rutinas violentas».
«Las relaciones problemáticas entre prefectos y jóvenes en el barrio no aparecen como una preocupación de las autoridades. El resultado es la persistencia y la intensificación de la violencia institucional en la zona sur de la ciudad», agregaron desde el organismo de derechos humanos argentino, al tiempo que recodaron el caso de Christopher Rego (26), asesinado el mes pasado por prefectos a 300 metros de la entrada de la villa 21-24, que aún se encuentra impune.