El político derechista Jair Bolsonaro asumió este martes en Brasilia como el presidente número 38 de Brasil con una agenda de mano dura y conservadora en lo social y liberal en lo económico.
La capital política de Brasil amaneció virtualmente sitiada por un descomunal operativo de seguridad que incluyó fuertes restricciones para ingresar a la Explanada de los Ministerios, incluso para la prensa, y francotiradores apostados en los techos de los edificios públicos que bordean el centro de la ciudad diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer.
Acompañado por su esposa Michelle y escoltado por una guardia montada, el ex capitán del Ejército y diputado durante casi tres décadas, de 63 años, avanzó por la Explanada de los Ministerios de Brasilia, aclamado por una multitud que pudio acceder al lugar en medio de estrictas medidas de seguridad.
«Pretendemos, sí, cambiar el destino de Brasil, pero para eso necesitamos seguir teniendo su imprescindible apoyo», afirmó. Y agradeció además «a Dios por estar vivo», en referencia a la puñalada que recibió en septiembre durante un mitin de campaña.
Con argumentos de campaña en defensa de la tortura y de reivindicación de la dictadura militar, Bolsonaro fue elegido en segunda vuelta con el 55 % de los votos y se ha transformado en un fenómeno que supo aglutinar a los descontentos con la política tradicional, a los rivales del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), a parte de los referentes de la Operación Lava Jato y a quienes aún reivindican a la dictadura militar que gobernó el país entre 1964 y 1985.
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Su gabinete tendrá 22 ministerios, entre ellos cinco ministros de origen militar, mucho más que en los gobiernos de los dictadores Ernesto Geisel y Joao Baptista Figueiredo.
Se estima que entre 250.000 y 500.000 seguidores del futuro mandatario participaron de un desfile por la Explanada de los Ministerios, la jura en el Congreso, el traspaso de la banda en el Palacio del Planalto por parte del mandatario saliente Michel Temer y un brindis con los 14 jefes de Estado y de gobierno que están presentes en la Cancillería.
El único representante del gobierno argentino en esta ceremonia es el canciller Jorge Faurie, ya que el presidente Macri decidió no suspender sus vacaciones en Villa La Angostura para asistir a la asunción del principal socio comercial del país.
Brasilia, militarizada
Brasilia, la ciudad de diseño ideada por Oscar Niemeyer, amaneció hoy sitiada por un enorme operativo de seguridad que incluye unos 12.000 efectivos de la Policía Federal y Fuerzas Armadas, para garantizar la seguridad en la ceremonia de asunción de Bolsonaro como presidente de Brasil.
El despliegue de policías y soldados ha convertido a Brasilia en una ciudad militarizada, con francotiradores en la terrazas de los edificios públicos, más el refuerzo de blindados y helicópteros, con cazabombarderos listos para despegar frente a cualquier amenaza.
En las horas previas a la ceremonia de asunción, se realizaron operativos en domicilios de personas sospechadas de integrar grupos que lanzaron amenazas por redes sociales contra el presidente electo, quien ganó la elección con un discurso que promete mano dura contra la delincuencia, entre expresiones racistas, xenófobas y homofóbicas, además de una fuerte reivindicación de la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.
Fuente: AFP, Los Andes.