El cáncer es un conjunto de enfermedades con una incidencia muy baja en los niños. Y lo más importante: el cáncer en pediatría es curable. Gracias al diagnóstico temprano, el tratamiento adecuado y el cuidado integral del paciente, la posibilidad de sobrevida puede llegar hasta más del 80 por ciento.
Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, los tumores más frecuentes en niños son las leucemias, con casi el 40% de los casos, seguidos por los del sistema nervioso central con aproximadamente el 19%, y los linfomas con el 12%.
Los tumores embrionarios como retinoblastoma, nefroblastoma, neuroblastoma y hepatoblastoma, son formas de cáncer específicas del niño, mientras que, por el contrario, la mayoría de los canceres del adulto no existen en pediatría.
Por año se diagnostican en Argentina un promedio de 1290 casos nuevos de cáncer pediátrico, entre 450 y 470 son leucemias de las cuales más de la mitad logran curarse con un tratamiento muy intenso y con requerimientos de instituciones de alta complejidad y profesionales especializados.
La distribución por sexo en los niños con cáncer muestra una ligera predominancia para el sexo masculino. 56% varones, 44% mujeres.
¿Es curable el cáncer en la infancia?
Los resultados de los tratamientos han mejorado significativamente en las últimas tres décadas y así hoy es posible obtener la curación en el 70 a 80 % de los pacientes, con variaciones de acuerdo al tipo de cáncer y a la extensión inicial del mismo. Tres elementos esenciales explican estos resultados:
- La eficacia de la quimioterapia,
- El enfoque multidisciplinario en el abordaje terapéutico,
- La participación mayoritaria dentro del marco terapéutico de protocolos nacionales o internacionales.
El diagnóstico temprano, u oportuno, constituye un elemento estratégico esencial en oncopediatría ya que un paciente diagnosticado tardíamente disminuye sus posibilidades de curación pero además aumenta los riesgos derivados de un tratamiento más intenso.
¿Cuándo sospechar un cáncer?
Es engañoso ya que los síntomas pueden ser los mismos que los de una enfermedad viral. Por lo tanto es primordial el rol del médico en la detección de la patología. Posibles síntomas relacionados con el cáncer, que ameritan una consulta son su médico de cabecera: |
• Fiebre, perdida de peso y apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones de facil aparición, persistentes e inexplicables. |
• Bultos en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades, testículos, ganglios. |
• Dolor en huesos, articulaciones, espalda y fracturas fáciles. |
• Manchita blanca en el ojo, estrabismo, ceguera o pérdida de visión, protuberancia del globo ocular. |
• Signos neurológicos como cambios de conducta, trastornos de equilibrio, marcha, dolor de cabeza, agrandamiento de la cabeza. |
• Vómitos por la mañana, estados febriles recurrentes no relacionados con infecciones. |
También hay que consultar cuando el chico pierde el interés en las cosas habituales que venía haciendo o inexplicablemente comienza a decaer su rendimiento escolar. |