La tormenta Florence causó ya 17 muertes en la costa sureste de Estados Unidos y se esperan más víctimas entre aquellos que han evitado la orden de evacuación obligatoria. Es que más de un millón y medio de personas recibieron órdenes de dejar sus viviendas en las costas de Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia, pero miles decidieron quedarse y afrontar el peligro en casa, en primera línea del frente.

Hasta el momento, autoridades locales, apoyados por la Guardia Costera y de militares de la Guardia Nacional, han rescatado a más de 900 personas en Las Carolinas.

Equipos de emergencias trabajan para recuperar el servicio eléctrico

Mientras Florence se disipa en su camino hacia el noroeste, la ahora depresión tropical sigue dejando una fuerte lluvia en la región, especialmente en la frontera entre Carolina del Norte y Carolina del Sur. Estas previsiones hacen temer lo peor sobre el ya crecido caudal de los ríos de la región, varios de los cuales se anticipa que se puedan desbordar.

Dos hombres usan un kayak para cruzar la calle

La atención está puesta en el nivel de las aguas de los ríos Cape Fear, Pee Dee, Lumber, Little River y Waccamaw, que siguen recibiendo ingentes cantidades de aguas que invaden todo lo que encuentran a su paso, ya sean campos de cultivo, carreteras o casas. Por este motivo, las autoridades insisten en que la gente permanezca a salvo y no circule por las carreteras, y que los que evacuaron a inicios de semana retrasen su retorno hasta que les indiquen que pueden hacerlo a salvo.

Una gasolinera dañada en Castle Hayne, Carolina del Norte