El gobierno busca frenar, o al menos moderar, la presión de las compañías petroleras que quieren actualizar el precio de los combustibles de acuerdo con la escalada del dólar.
En medio de la tensión del mercado cambiario, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, mantuvo una reunión con directivos de las petroleras para morigerar el impacto de la devaluación en los precios. La propuesta oficial busca que las empresas acepten recuperar en los próximos seis meses el aumento que no se aplicaría en este mes, ya que, como lo supone el Gobierno, la inflación iniciará un camino descendente.
La propuesta oficial busca que
las empresas acepten recuperar
en los próximos seis meses el aumento
que no se aplicaría en este mes.
El incremento que experimentó la divisa norteamericana en los últimos días generó presión sobre los valores de los combustibles, ya que el precio del petróleo depende de la cotización del dólar, que esta semana escaló por encima de los 75 dólares el barril en el mercado internacional.
Las empresas pretenden aumentar los valores en las terminales a partir de la suba en el barril de petróleo crudo -cerró a US$ 76 en la variedad Brent- y el hecho de que el dólar se haya acomodado por encima de los $ 22, ya que este lunes cerró a $ 22,33.
Las empresas aducen que el
aumento del dolar y del crudo
en el exterior desfasaron
los precios en un 20%.
Ante ese escenario, el cálculo realizado por las compañías es que se necesitaría una «recomposición» superior al 10%. En el encuentro mantenido durante la jornada, Aranguren ratificó que el precio de los combustibles los fija cada compañía.
Pero las empresas se fueron con el convencimiento de que YPF, cuyo controlante es el Estado, congelará los precios durante al menos 60 días, y eso las obligaría a atenuar sus ajustes para no quedar fuera de competencia.