El paro masivo contra la reforma previsional impulsada por el presidente francés, Emmanuel Macron, tuvo un fuerte impacto en el transporte ferroviario y aéreo, así como el cierre de colegios y diversas instituciones culturales.

El inicio de la movilización ocurrió en la noche del martes cuando los trenes franceses interrumpieron sus servicios a nivel nacional en una pulseada entre la mayoría de los sindicatos y el Ejecutivo que amenaza con bloquear el país por tiempo indefinido.

 

La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) advierte que solo circulan uno de cada diez trenes de alta velocidad TGV, de los cercanías de París y de los de largo recorrido, así como uno de cada cinco regionales (TER), mientras que el tráfico internacional se ve igualmente «muy afectado».

La reforma busca sustituir los 42 regímenes que existen en la actualidad por un sistema por puntos en el que cada euro cotizado brinde los mismos derechos al alcanzar la jubilación, y contempla con ello acabar con los beneficios de los que gozan trabajadores como los de la SNCF o la red metropolitana parisina de transporte.

 

https://twitter.com/lanavecomunica/status/1202514876930936832

 

Para el gobierno, se trata de un sistema «más justo y simple» en el que «cada euro cotizado dará los mismos derechos a todos». Pero los sindicatos temen que el nuevo sistema atrase la jubilación, actualmente de 62 años, y disminuya el nivel de las pensiones.

Por su parte policías, recolectores de basura, abogados, jubilados, transportistas y también los «chalecos amarillos», el movimiento social surgido en noviembre de 2018 en Francia contra el aumento en el impuesto a los combustibles, se sumaron a este paro, que recibió el apoyo de 182 artistas e intelectuales, entre ellos el economista Thomas Piketty, autor de un bestseller sobre la desigualdad, así como de los partidos de izquierda.

De acuerdo con lo publicado por el diario La Vanguardia, la huelga tiene lugar en un momento en que los sindicatos están muy debilitados. «Sólo el 8% de los empleados del sector privado están afiliados a una central sindical. En la función pública la afiliación es del 20%». Pese a ello, desde el gobierno temen las consecuencias. Tienen miedo de que se repita lo ocurrido en 1995, cuando el país quedó medio bloqueado durante semanas.